Acabo de ver la película y estoy de acuerdo con casi todo lo que dice.
Atraemos aquello en lo que focalizamos nuestra atención, conseguimos aquello en lo que soñamos y creemos, y hasta nuestra salud depende de nuestra mente. Y si nos pasamos el día con gente negativa, y pensando negativamente, atraemos acontecimientos negativos. La profecía autocumplida de la que todo el mundo habla.
En mi casa se ríen de mí, ya se sabe que estoy un poco pallá, pero es cierto. Hace un año me salió dermatitis en un codo, se me puso horroroso de feo. El médico me recetó una pomadita, y me dijo que paciencia que era lo que era y que no tenía remedio. Y que podría salirme más. Y me dijo que usase Nivea. Me preocupé un montón porque como todo el mundo empecé a leer en internet un montón de cosas y se me pusieron los pelos de punta.
Pero encontré la solución. Me puse a mirar los granitos y me dije, mecachis, os vais a ir de ahí porque lo digo yo. Cremita sí, pero también mi cabeza, y me convenci a mi misma de que se iban a quitar para siempre. Y se quitaron.
Ahora, de vez en cuando me salen, cuando algo me altera, pero en cuanto me sale un granito o dos les miro, les vuelvo a mirar, les pongo la nivea y .... chup... se van para adentro en un par de días. Granitos a mi? Lo puedo explicar con el tema de los linfocitos y tal, y tal, pero de verdad, de verdad, es que les miro y se me asustan je, je, je....
Y en lo demás también tiene razón la película. De hecho yo me he pasado la vida soñando y persiguiendo sueños, con más o menos éxito en lo concreto, pero siempre pensando positivamente y la vida en casi todo me ha sonreído. Solamente me ha fallado en aquello en lo que nunca creí en mí misma. El trabajo nunca me preocupó, me bastaba con pensar : "este año voy a ser la mejor, voy a ganar el premio de ventas, o voy a conseguir un reconocimiento a nivel nacional, o .... y ponerme a ello". Sin dudarlo y lo conseguía. Y cuando no he creído en mi misma, pues tururu... aunque no por eso dejé de intentarlo nunca.
Y he fallado en otras en las que tengo todavía mucho que aprender. Por falta de confianza. Ay, ay, ay....
Me ha encantado una de las frases: Merezco ser feliz. Esto me lo he dicho yo a mi misma algunas veces, aquellas en las que he tomado decisiones muy importantes y muy difíciles en mi vida. Eso ha sido lo que me ha empujado a romper con las cosas o personas que no me hacían feliz, y que me estaban haciéndome sentir mal. Y si yo soy feliz podré hacer feliz a los que me rodean.
Decía también que como podemos pretender que a otra persona le guste nuestra compañía si no somos felices con nosotros mismos. Y como dejamos nuestra felicidad en las manos de otros, cuando los otros solo son personas también, que nuestra felicidad solo depende de nosotros mismos, no podemos responsabilizar a nadie de no ser felices. Si queremos algo, de verdad, si es lo que necesitamos para ser felices, desde el corazón, tenemos que hacer lo que sea por conseguirlo.
También me he apuntado lo que ellos llaman el poder creativo:
- Pide (escribe lo que quieres de verdad para tu vida, para tu futuro..)
- Focaliza tu atención y sientelo. Visualizalo y visualizate con esos objetivos conseguidos.
Ya me he escrito los mios. Un chalet en la sierra, un hombre maravilloso que me comprenda y me quiera, mis hijos felices y cerca de mi, un par de cosillas o tres para mantener mi mente ocupada y contribuir en lo que pueda a la sociedad, además de pagar el chalet, y salud y mente clara para llegar a los 80 tan sonriente como mi madre y mi abuela (esta última llegó a los 94 sonriendo) y mi madre llegará espero también porque está como una rosa.
Termina la pelicula con otra frase: "Feel Good" Sientete bien.
Optimismo..... Ojalá que mucha gente vea la película y se la crea.
Y yo para empezar a sentirme bien me voy a comer un trocito de chocolate. Porque me apetece :-))
2 comentarios:
He recordado a una mujer sencilla y alegre que conocí hace años..
Cuando se casó no tenía ni idea de cocina; malamente sacaba adelante un café con leche.
El primer día de casada, ya en su casa, le hizo a su Jose un'habichuela. Y prudente, llamó a su madre para que le dijese como guisarlas. "Pues nada. Tú de vez en cuando las asustas. Verás que ricas".
Cuando el marido probó la primera cucharada y casi deja los piños, le preguntó: "¿Pero Mari, qué has hecho?; y ella se defendió -que siempre fue sobrada de ánimo-: "¡Lo que me dijo mi madre, asustarlas!; cada diez minutos, levantaba la tapa la cazuela y les daba un grito".
Y es cierto, la fe mueve montañas. Aunque no guise alubias.
ja, ja, ja, ja, ja.......
Esa es de las mías...
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