Hoy le he visto. De casualidad, después de más de un año. Yo paseando con mi hija y una de sus amigas, con una pinta infame, lo confieso.... (me dije: ¡tierra trágame!, justo hoy que iba con mis bambas y una camiseta cualquiera me lo encuentro, no hay derecho) y él con sus hijas y la abuela. Feliz, riendo con ellas. Nunca cambiará, creo saber hasta el restaurante al que las llevaba a comer. Muy caro, pero estupendo, porque es uno de sus días especiales, uno de esos raros días en el año en que puede disfrutar de su familia descarriada. Y para él eso es lo mejor del mundo.
Apenas fue verle de refilón porque enseguida miré hacia otro lado y segui mi camino 50 metros más allá de donde él estaba. De casualidad no nos hemos cruzado, y lo agradecí. Mejor asi, ni siquiera estoy segura de que él me viera. Pero eso no importa, como mucho le servirá para comprobar que un domingo por la mañana seguimos solos los dos, él con sus hijas y yo con mi hija también. Como siempre. nuestra vida da vueltas y vueltas pero..... seguimos solos, al menos un domingo por la mañana que ya quiere decir mucho.
Lo importante es lo que sentí: en primer lugar pánico y deseos de salir corriendo, en segundo lugar una gran alegría al verle bien, al verle feliz, como siempre. El pánico es normal, cada vez que se cruza en mi vida lo trastorna todo, lo vuelve del revés, por eso huyo de él como de la peste..... :-)) y la alegría porque después de todo sigo sintiendo por él un inmenso cariño, y en el fondo, en el fondo, creo que sigo tan enamorada de él, como siempre.
A veces cuando charlo con mis amigas y hablamos de nuestros amores, algunas me confiesan que no se han enamorado nunca, a pesar de haber estado casadas y haber tenido otras historias, pero enamoradas nunca. Pues yo sí, les digo, yo sé muy bien lo que es haber tenido un gran amor en tu vida, esa persona por la cual te sientes capaz de dejarlo todo y a la que dedicarías el resto de tus días si te lo pidiera. Sé lo que es sentir una inmensa gratitud cuando la vida te permite estar junta a ella, abrazarla, verla reir, hacerla feliz, y morirte de miedo cuando las cosas no van bien y temes perderla. Supongo que si has sentido eso alguna vez en tu vida, debes conformarte y no pedir más.
Y de pronto todo encaja. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.
Parece que el destino le ha puesto hoy en mi camino. No porque eso vaya a cambiar nada, solo para ayudarme a entender.
Hace ya dos años que dejamos de vernos y esta vez parece que ha sido la definitiva. Antes habían sido otras cuatro o cinco rupturas a lo largo de varios años, pero como él decía a veces, es inútil, no tiene sentido que dejemos de vernos porque tú y yo siempre volveremos a estar juntos. Esta vez creo que no, pero....... me temo que tampoco le voy a sustituir nunca.
Mi primer año fue de cura, no me fijé en nadie o quizás nadie se fijó en mí. Supongo que seguía llevando el cartel de "ocupada" en la frente y los hombres lo saben. Así que no hubo ningún problema.
Y el segundo año lo intenté con Miguel, y fue divertido, agradable, etc..... etc.... pero supe desde el principio que no me iba a enamorar de él. Creo que una de las razones por las que le escogí fue su aspecto, más joven, más guapo y por lo tanto una forma de vengarme si nos veía juntos. Además creo que fué poco después de que le viera con aquella rubia, muy parecida a mí, y encima saliendo del restaurante al que hemos ido a cenar juntos tantas veces. Creo que eso fue el detonante, y al conocer a Miguel, tan majo, tan agradable, tan estupendo para darle en los m....... acepté salir con él. Es más, reconozco que nos hemos paseado cogiditos del brazo más de una vez cerca de su casa, y evidentemente en aquellos momentos yo no pensaba precisamente en Miguel.
Y después de Miguel, estos dos últimos meses, he salido un montón, de fiesta en fiesta, he conocido a muchos señores...... unos que me han tirado los tejos y otros que no me han hecho caso, es igual, solo le importó a mi vanidad, y anoche por fin tomé una decisión. Punto y final. Estaba invitada a una fiesta estupenda, en la que me iba a encontrar a un montón de señores estupendos, con algunos de los cuales hasta he salido o me he carteado (email....ado...? suena fatal) últimamente y unos pocos más deseando invitarme, pero ..... pasé de ir. Para qué? Es inútil.
Puedo conocer a un señor estupendo, con un montón de virtudes, muy adecuado para mí, pero lo que me parece imposible ya es volver a enamorarme como me enamoré de mi chico. Eso no creo que sea posible ya. Quizás es demasiado pedirle a la vida que algo así se repita. Y ahora no me puedo conformar con menos. No. Prefiero seguir así. Con mis hijos, con mis hobbys, con mis amigos y si consigo alguno más estupendo, pero no más. No voy a empezar una relación que no me llene únicamente por no estar sola. Seguiré así.
Y me siento bien. Es como cuando te suben de categoría en el trabajo, y ves a los que hasta ahora eran tus colegas intrigando, peleándose por cosas que ahora te parecen nimiedades. Se trata de un cambio de perspectiva que te permite seguir allí, pero sin que las mismas cosas te afecten ya, como si te hubieses liberado de sus problemas. Es agradable. Gracias ................ Esta también te la debo.