Tiempo ha, en mi anterior vida, me sentía como si viviese encerrada en una habitación, o en una pequeña casita, gris, dando vueltas y vueltas dentro de la habitación y sintiéndome a menudo como un gato enjaulado.
A veces creía vislumbrar un rayo de luz por la ventana, un rayito de sol, y sin querer, pensaba que fuera seguramente se estaría mejor.
Y un día abres la puerta, y sales. Pero fuera no hace sol, al contrario, te encuentras una niebla espantosa que apenas te permite ver el camino por el que vas y poner un pie delante del otro.
Caminando en la niebla, con frío, y con angustia al principio, de vez en cuando te cruzas con alguien, y te dicen hola, pero cada uno sigue su camino.
Poco a poco, la niebla se va disipando y te das cuenta de que realmente no estás sola, por tu mismo sendero, que realmente no es un sendero sino una amplia avenida, caminan muchas más personas, con las que de vez en cuando coincides, charlas y hasta te diviertes.
Y de vez en cuando sale el sol, y te das cuenta de que a pesar de lo duro que ha sido el camino por la niebla, ha estado bien, ha valido la pena salir.
Y una de las personas que camina a tu lado empieza a estar más cerca de ti cada día, de forma que ya charlais casi todos los días, e incluso algunos caminais durante horas en paralelo y en animada conversación.
Es agradable, hace sol, la conversación es buena, y te sientes bien; además es un buen acompañante, que ve un charco en el camino te avisa, o suavemente te dirige, te dice por aquí vamos mejor, mira que sendero más agradable con árboles a los lados, y estás cómoda.
Hasta que tu acompañante tiene un pequeño tropezón, os parais y de pronto te pones a mirar alrededor. Puñetas si os habeis quedado solos, a donde ha ido el resto de la gente? Y mirando hacia delante con atención ves donde termina el camino: en otra casita, igualita a aquella de la que saliste...
................. Ni flowers........
Vuelta al camino principal, decidida, le dices a tu acompañante que o eso, o allá el.
Bendito tropezón.
A
sábado, marzo 25, 2006
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2 comentarios:
Quería explicar lo de "celosete" de mi comentario a tu artículo anterior.
Julia, cuando vamos "tras" una mujer, y tanto más cuanto más dudamos, nos exaspera cualquier muestra de admiración, alegría, simpatía, apoyo,.. de "ella" hacia cualquier hombre
(Aunque no creo que Almodóvar vaya a competir con C.B.).
En cuanto a lo de "cielete", es la única rima que le salió al insigne poeta que lo escribió.
Pasemos ahora al artículo de hoy.
Estás llena de vida Julia. No lo niego.
Pero para enamorarte y compartir la vida con un hombre tienes que enfrentarte a un enemigo terrible. Y vencerlo.
Tienes miedo.
Y tanto, cielete.....
Y no es una rima, mi arma, ez que me ha zalio azi...
Miedo no, terror le tengo a tener que dar explicaciones de todo lo que hago, lo que pienso, lo que quiero, con quien estoy y porqué, y ...... etc.... no creo que me compense, y tampoco me apetece.
Si estuviera locamente enamorada (sé lo que es muy bien) quizás el miedo pasara a segundo plano, pero... no es el caso. Asi que seguiré independiente, y aunque eso tampoco me gusta, solita...
cachis.... :-))
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