
A veces, al menos los que somos de Ciencias, nos ponemos a echar cuentas hasta en esto de la amistad. Generalmente cuando nos enfadamos un poco, o algo nos molesta de un amigo. Y empezamos a hacer balance de lo que das y lo que recibes.
Hace poco leía que hay personas, o relaciones, en las que sistemáticamente uno siempre da y el otro siempre recibe. Y también que hay personas dependientes que, no sabe uno muy bien como, siempre encuentran quien se ocupe de ellas, y les resuelva sus problemas.
En general no me importa dar, o al menos dar el primer paso. Por eso suelo escuchar a menudo eso de "pues precisamente estaba a punto de llamarte yo........" y a pesar de eso, y de que el/la que lo dice no llama casi nunca realmente, repites y te preocupas porque eso forma parte de ...
Lo mismo cuando se trata de invitar a comer, a tomar una cerveza, o a cualquier otra cosa. Sin excesos, eso sí, pero tampoco esperando que haya reciprocidad en ningún caso, porque lo normal es que no la haya y punto, y a pesar de eso sigues queriendo a tu gente y considerándoles tus amigos.
Por eso, porque estoy bastante acostumbrada a ese papel, siempre me sorprende recibir sin dar. Y no sé muy bien como encajarlo.
Hoy me siento agradecida, muy agradecida, a un viejo amigo con cuya invitación a este último viajecito a Canarias me ha permitido reencontrarme con unas cuantas amigas a las que no veía desde que me vine a Madrid, y recuperar como si no hubiera pasado el tiempo los sabores de aquella amistad que manteníamos en mi tierra. Ha sido agradable, muy agradable, y aunque como resultado tengo morriña, como no, al volver a despedirme de ellas y seguir aquí con mi vida, me siento muy agradecida.
Y curiosamente es un viejo amigo al que apenas he hecho caso tampoco en todos estos años. Ya ves. Para que luego nos pongamos a hacer balance, es imposible que salgan las cuentas nunca.
Tengo una deuda pendiente. Ahora a ver si soy capaz de estar a la altura yo también.
Vuelta a los libros. Decían cuando estaba en la universidad (la primera vez) que las chicas en Mayo estábamos horribles, con las dichosas ojeras y los nervios. Pues eso....... Dichosos exámenes.
2 comentarios:
Pues eso, a estudiar, que ya estaba preocupado con tu silencio..
Y estabas tomando el sol.. Pues me alegro; mejor así. Además me olvidé de tu viaje, que lo comentaste en uno de tus artículos.
Y tiene su gracia -desde fuera- una estresada..
No sé sí conoces aquel que dice..
"Ejem; ¿tas bien?;
¿he dicho algo que no debería?;
¿he hecho algo que no te gusta?:
¿debería haber dicho algo, que no sé, que tú esperabas que dijese?;
¿debería haber hecho algo, que no sé, que tú esperabas que hiciese?;
¿debería haber intentado decir lo que no dije, que tú no esperabas que dijese, pero que te molesta que no dijera?;
¿debería haber procurado hacer aquello que nunca quisiste que hiciera, pero que te molesta tanto que nunca lo haya intentado?.
Silencio.....
Perdóname.., ¡qué no diré más eso que desconozco que debía haber dicho, pero que sí quieres te lo digo! ¡y haré eso que no sé sí hice o no, pero que, aunque te importa un pito, te molesta a veces verme hacer, y que sí no lo hago echas en falta!.
Silencio...
(Es que está de exámenes)
ja, ja, ja....
Amigo mío, me encanta leerte.
Pues sí, simplemente estoy dé exámenes, desfallecida, agotada, sin ánimo para ná...más.
Esto de estudiar es como lo de comer pasteles. Al principio agradable (me gusta aprender), si te lo tomas con calma (meses antes del examen) también agradable, de a poco, un pastel de vez de en cuando sabe muy bien.
Pero el mes antes de los exámenes tengo tal empacho que a veces miro el libro después de 8 o 10 horas de estudiar (como hoy domingo) y siento bl.bl.bl.bl....
Una semana más y a vivir el veranillo (hasta Septiembre otra vez :-)))) )
No te vayas muy lejos que vuelvo, prometido.
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