miércoles, agosto 30, 2006

Cambio

Dicen las malas lenguas que cuando crees que le tienes cogida la onda a un gallego, te la cambia.

CB no es gallego, pero me tiene igual de despistada.

Un par de meses raros, tanto que he llegado a pensar y escribir que estaba buscando la forma de que terminasemos nuestra relación aunque no se atrevía a tomar la decisión.

Tan convencida estaba que nuestras vacaciones juntos de Agosto las he vivido pensando que de un día para otro se cogería la maleta y se volvería a Madrid, y no ha sido agradable. A nadie le gusta que la estén examinando a diario, y menos a mí. Terminas diciendo, como dije: anda y que te den.....

Y volvemos, cuatro o cinco días sin vernos, y de repente cambia.

Está "de dulce", encantador y diciendo a todo que si. Hasta él mismo vuelve a hablar de cosas que yo le he planteado en algún momento (en broma, pero.... ya sabes... siempre algo queda) como lo del chalecito que me podía regalar en la sierra (igual que sus amigos les regalan casas a las morenitas) o el ático con terraza con vistas al retiro. Bromeando, bromeando....

Habla y creo que hasta lo hace en serio. Manda h....

Y lo mejor de todo: Cuando menos lo esperaba me invita a pasar el día con su familia (hermana, cuñado, sobrinos, amigos de los sobrinos, y su mama...). Cachis..

Me dice de broma: No te preocupes, que a mi madre ya le he presentado a unas cuantas amigas...

Y yo lo mismo: Hombre menos mal, esto quiere decir que si voy no tendré que casarme contigo, no? Bueno, pues así, sí....

Pero yo sé que no. Que se lo ha pensado mucho y lo ha hecho muy conscientemente.

Lo que no sé es porqué? Todavía no.

Dandole vueltas hablando con mis amigas manejamos varias opciones:

- Realmente se asustó y le vio las orejas al lobo este verano cuando le planteé dejarlo (en ningún caso metimos a la familia por el medio, pero los hombres lo mezclan todo..)

- Está ganando tiempo y ha pensado que dando él un pasito adelante me quedaría más tranquila una temporada y mientras se lo piensa.

- Después de volver, se ha planteado en serio lo de tener más libertad, ha hecho unas cuantas llamadas a sus amigos, ha salido algún día por ahí a ver qué tal, y como que no. Que ha decidido que es mejor no estar tan libre, pero sí acompañado.

Al final siempre estamos dandole vueltas todos:

Si estás en pareja: Caray, que bien se debe estar libre por ahí, yendo y viniendo, conociendo gente y teniendo un montón de oportunidades todos los días.

Si estás solo: Esto es deprimente, te sientes más solo que la una, buscando algún amigo/a que te acompañe a tomar algo por no ir solo a los sitios, y las famosas oportunidades se convierten en noches y noches hasta las tantas para conocer a algún/una personaje que no te interesa lo más mínimo, y que si te interesa algo solo es para un ratito.

Y como estoy desconcertada, no sé que pensar. Mira que si se lo está planteando en serio y cualquier día me encuentro con una petición formal. Entonces, qué puñetas le digo yo? Porque lo de terminar es doloroso, pero una ya sabe que se pasa con los días, y que al cabo de un par de meses vuelves a sentirte bien, pero lo otro no es para un par de meses.

No adelantemos acontecimientos. Un añito más asi que se está fenomenal, paseito, copitas, diversión, vacaciones y después cada uno para su casa. De momento no quiero ni pensar en nada más.

He leído que las parejas más duraderas son aquellas en las que el noviazgo ha durado al menos dos años. Por si acaso de vez en cuando se lo suelto.

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