
Deliciosa semana en Sevilla. De trabajo, pero....
Bien.
Pescaíto frito para comer, pescaíto frito para cenar, más pescaíto frito.
La dieta a paseo.
La temperatura ideal. Uno de mis colegas, afortunado sevillano de pro, dice que excepto 2 meses al año el clima de Sevilla es ideal. Esta semana así era. Estupendo.
El centro lleno de guiris, la cerveceria de la Plaza de San Salvador con el camarero rumano que no sabía explicarme donde estábamos (Vd. cree que con este acento que tengo le puedo explicar algo?? ) y ese aire especial de los sevillanos:
- chulos, bien trajeados, siempre un pelín ajustada la ropa ellos, con el pelo engominado y ellas con ese aire de pijas.... Además son guapos, ellos y ellas
- y esos otros con ese aire también singular, sin haber ido al dentista en toda su vida, flacos como escobas, con aire de haber nacido cansados y arrastrando el carrito del supermercado lleno de no se sabe qué por las calles
Y las calles empedradas (eso sí llenas de obras por el metro también), calmas, tranquilas, aún por la noche.
Me encanta Sevilla.
Si tuviera más vidas, una me iría a vivir a Valencia (me enamora Valencia y los valencianos), y la otra me la pasaría en Sevilla.
Un día de esos pido la cuenta en el trabajo, me cojo la maleta y a saborear las ciudades que me gustan con la mochila al hombro.
Y si es en un hotel como el sevillano que tiene las vistas del de arriba todavía mejor.