martes, noviembre 21, 2006

Argentino


Entre mis contactos para ver a qué me dedico en el futuro (si es que finalmente termino como socia del Inem) ayer tuve una entrevista curiosa.

El contrario: argentino, psicólogo y encantador de serpientes (con las palabras).

El tema empezó por un favor que me está haciendo una amiga común poniendonos en contacto, y como tal favor comenzó la entrevista:

Por su parte, condescendiente, con aire de superioridad pero dispuesto a dedicarme un ratillo de su tiempo en aras de otros compromisos. Por mi parte educada y agradecida por tal dedicación de tiempo.

Poco a poco la conversación se fue dando la vuelta: de sentirme psicoanalizada, investigada, y no sé que más pero era equivalente a que me estuvieran metiendo el dedo por el ojo permanentemente para ver que habia dentro, en un momento determinado empecé a recibir información.

Mis amigas dicen que tengo una gran habilidad. En muy poco tiempo, y sin proponérmelo, no sé muy bien cómo, la gente termina contándome su vida y milagros. (algún día cobraré por eso, ya te digo....)

Pues así fué. Al ratillo el personaje me estaba contando sus aventuras y éxitos a lo ancho y largo de este mundo, y digamos vanagloriandose de sus habilidades profesionales. Y yo como una esponja... absorbiendo información.

Al mismo tiempo le iba dando pautas de lo bien que me funcionan las relaciones, la verdad es que sí, amigos tengo, otra cosa es que me - le puedan servir a él para algo, pero cada vez le iba interesando más el tema.

Y ahí lo dejamos (decidí que para una primera entrevista ya estaba bien).

Me senti como bailando un tango, adelante, a la derecha, atrás, atrás, cruza, atrás, izquierda, cierro y vuelve a empezar. Unas veces dejándome llevar y otras llevándole a mi terreno.

Fué simpático. Terminaré invitándole (a él y a su señora, por supuesto) a mi fiesta de Nochevieja. Creo que tiene posibilidades de convertirse en un futuro colaborador, amigo, informador o abre - puertas.

Por qué no, con lo que a mí me gusta el tango...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente, excelente. Veo que mi último comentario al artículo anterior está de más. No podía ser de otro modo.
Y la descripción de la semejanza con el tango deliciosa..
Pero me estás haciendo pensar. En el tango, ¿quien se lleva de verdad el gato al agua?; él -tan orgulloso, estirao, imperativo, dominante,..- o ella -atenta, cediendo, dejándose llevar, sin perder la cara,..-.

Julia dijo...

Y que más da.... :-)))

Ya sabes que como en muchísimas cosas de esta vida, lo importante es que la compañía sea agradable, ¡¡ y bailar... !!!

Carpe Diem, chiquitín. :-)

Anónimo dijo...

Carpe diem quam minimum credula postero.
Apodérate del día, nunca confíes en lo posterior...
(Horacio; Odas 11,8)

Pues en lo menudo si. Pero en lo grande no.
¡Dame la mano, arrea y tira p'alante rapaciña!.

Julia dijo...

Mi blog ha migrado a Beta y se me ha debido perder en el ciberespacio, porque ya no soy capaz de entrar.

Lastima.