Ayer nos reunimos para cenar otra vez. Desde hace casi dos años es una tradición, cada 2 o 3 meses alguno de nosotros reserva un restaurante, si puede ser espectacular y nos vamos a cenar.
Durante los intervalos raramente hablamos, mejor dicho casi nunca, no nos vemos, y como mucho nos cruzamos algún mail con los típicos chistecitos de Internet.
Esta vez me tocó a mí reservar el Rte. y afortunadamente encontré sitio en una terraza preciosa en el centro de Madrid, en plena calle Velazquez. Una terraza interior, tranquila pero llena de árboles, velas y un ambiente estupendo.
Fue una velada muy, muy agradable como todas nuestras veladas.
Somos un grupo curioso. Nos conocimos hace dos años en un curso que duró varios días, y sintonizamos muy bien. Cada uno de nosotros es de un mundo distinto, bueno no exactamente, todos somos "yuppies" o algo así, trabajamos en empresas importantes y tenemos un nivel profesional bastante bueno pero nuestras actividades son totalmente distintas.
Pero jamás hablamos de trabajo. Siempre hablamos de nuestros amores. Es lo primero que hacemos cada vez que nos vemos: ponernos al día de las novedades. Amores a los que los otros no conocemos, porque una de las normas no escritas de nuestro club es que los "otros" no tienen cabida en nuestras cenas, que ni en broma pensar en convertirlas en cenas de 8. Ayer nos reíamos y nos decíamos que a los 80 años seguiremos viéndonos y preguntándonos "y aquella chica te volvio a llamar.......???? y el tío aquel raro?, el que organizaba safaris a Africa?, que sabes de él..... ? ja,ja,ja...
Uno de los chicos está formalmente prometido desde que le conocimos, y que me caso pronto, que ya estamos comprándonos los trajes, que para cuando muchacho....., aún no conocemos a su novia, ni la vamos a conocer quizás antes de la boda, si es que finalmente hay boda. Ayer estaba triste y desconsolado, ella le había pedido que lo dejaran. Nos pasamos toda la noche escuchándole y sin saber muy bien que decirle, porque lo cierto es que lo está pasando fatal. Creemos que volverán, es el susto que nos entra a todos justo antes del compromiso final, y confiamos en que se arreglen, se lo merece. Es un gran tipo.
El otro es un soltero impenitente. Cuando nos conocimos estaba empezando una relación y en estos dos años ha tenido momentos muy buenos, y muy malos. La última vez prácticamente habían roto porque, lo típico, las mujeres siempre pedimos más, más compromiso, más tiempo, más compañía, y a nuestro amigo no le vemos de pareja formal ni casado. Y mira que es serio y buena persona, pero ....... Ayer en cambio estaba más animado. Parece que por esta vez ha salido vencedor de la batalla y ella se ha resignado a seguir así, en cierta forma, aunque yo creo que ha avanzado algún pasito, y él estaba mejor, más tranquilo. Pensando en un viajecito que se van a hacer juntos los próximos días.
Y mi querida amiga, espectacular, pelirroja, bellísima, estaba nerviosísima. Dice que venía a pedirnos consejo, pero no era cierto, lo que necesitaba era exteriorizar sus dudas, sus sentimientos con nosotros. Ha conocido a una persona estupenda, que además se ha enamorado perdidamente de ella y le está ofreciendo todo lo que ella ha querido siempre: está muerta de miedo. Muerta de miedo de creerselo y entregarse a ese amor que le ha llegado y que después no funcione. Nos pedía consejo, pero le dijimos que ella ya había tomado su decisión, y que adelante..... (J. y yo, nuestro amigo más joven le decía que no, se lo pensase).
En cambio su pareja, el enamorado, le está metiendo prisa, le dice que no tienen tiempo. Es normal, no se ven igual las cosas a los 35 que con unos cuantos años más.....
Hablamos de lo que supone estar enamorado, de la montaña rusa. De sentirte ahora en el cielo y ahora en el infierno y como pasas de un estado a otro a toda velocidad. De la sensación de vértigo, de perder el control, de si nos gusta o no esa sensación. Coincidimos en que sí, que da miedo, pero que vale la pena vivirla.
Y cuando me tocó a mí contarles mi situación sentimental lo tuve fácil. Les dije que yo no estaba en ninguna montaña rusa ahora mismo, que circulaba con tranquilidad y con un buen coche por una estupenda autopista americana, con mucho espacio a los lados. Que de vez en cuando me paraba a tomar una cervecita y a charlar con alguien, o que me detenía a contemplar un paisaje o a disfrutar de una fiesta en un pueblo, pero después seguía en mi coche y por mi autopista, solitaria, pero bien... Sin prisa, sabiendo muy bien a donde voy (a una playa estupenda en California :-))) , aunque sin tener nada claro lo que me voy a encontrar en el camino. :-))
Hemos vuelto a quedar para antes de un mes, nos iremos a cenar y después estrenaremos la alfombra de mi querida amiga. Tenemos esa charla en la alfombra pendiente desde hace mucho tiempo....
jueves, junio 16, 2005
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4 comentarios:
¡Yo sí que soy de un mundo distinto!....
Quizás por eso te observo con "ojos como platos".
La cuestión es quién está -aunque no se dé cuenta ní lo sepa- dentro de "la jaula del zoo" y "representa su vida" para deleitar (?) al visitante..
Y témome que soy yo...
Jamás pense que que una alfombra incite a la conversación ¡lo probaré!
......
Nuestra amiga es francesa, y cuando nos habló de su alfombra hace meses lo hizo de una forma especial.... y me parece que a los chicos les da un poco de morbo :-))) Puede ser gracioso (aunque un rato incómodo también...)
¡Qué más dá quien está dentro o fuera de la jaula! Todos tenemos la nuestra propia, la que nos fabricamos con barrotes invisibles
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