lunes, septiembre 26, 2005

El coche de alquiler

Tengo que aprender a decir no.

Me cuesta un montón, sobre todo cuando tengo que decir que no a algo apetecible, pero no puede ser.

He pasado un fin de semana bastante agitado. La cena del viernes salió bastante bien, se lo comieron toíto, toíto, la merluza que nos preparó mi amigo el guitarrista estaba buenísima, los pasteles de Angel estupendos y la queimada de la Chispas también, lo malo es que se nos subió a la cabeza a todos y el sábado fué un día bastante duro.

Para rematar la faena el mismo sábado tuvimos cumple, y curioso, curioso, mi nuevo amigo el guitarrista conoce también a mis amigos de siempre, así que mira por donde se presentó en el cumpleaños y allí estuvo al pie del cañón y amenizando la fiesta hasta la madrugada.

Fue agradable, y yo me sentía estupendamente también, entre amigos, cómoda, divinamente, pero que domingo más horroroso. Estoy demasiado mayor y mi limite en las fiestas está en las dos o tres de la mañana como tope. Todo lo que sea pasarme de ahí, y beber más de una copa me supone pasar zombi todo el día siguiente, y no tengo claro que me compense.

En fin, ha sido divertido, he cogido un pelín más de confianza con alguna gente que ya conocía de mi bareto de siempre, y he ampliado al menos en mi mente el número de invitados/as para una de mis fiestas de cumpleaños. A ver que tal sale.

A cambio estoy agotada. Hoy me ha llamado la Chispas para invitarme a pasar con ella el fin de semana próximo en Cordoba, en una fiesta flamenca estupenda que dan unos amigos suyos, invitada a un chalet de lujo, etc... etc.... pero le he dicho que no.

El fin de semana próximo tengo otra reunión masiva de mis amigos los de la ONG en una ciudad de la costa, y seguro que sería muy divertido acudir, pero tampoco. No puedo más. Creo que me voy a pasar toda la semana de casa al trabajo, sin salir ni a tomar una cerveza, a ver si me recupero para el fin de semana, y procuro que sea ligerito. Lo siento por las amigas a las que he dado calabazas durante los últimos días, van a terminar enviandome a paseo, pero lo siento, espero que me perdonen después de que les invite a mi cumple.

Además, tanto salir, tanta historia, tanta gente, y na de na... interesante, divertido eso sí, pero interesante no.

Hoy le contaba a la Chispas (me llama dos o tres veces al día, me empieza a agobiar también) que yo me siento como un Mercedes que está a la venta, no de la última generación, pero un modelo estupendo todavía y de esos para los que cualquier hombre tiene que invertir tiempo y ganas para poder comprarselo. Y todos los hombres que me encuentro me dan la impresión de que solo quieren un coche de alquiler. Y cada vez tengo más la sensación de que el tipo de cliente que me convencería está extinguido, o en su casa muy tranquilo viendo el fútbol.

Al menos pronto empezaré a estudiar y haré algo útil en mi tiempo libre. Espero.

4 comentarios:

Turulato dijo...

¡Ejem!. No me gusta el futbol.

Turulato dijo...

Podía haber escrito todo el comentario seguido, pero es por no liarme..
Extinguido no Julia. A punto si.
Y cuando quedan pocos mohicanos y mohicanas -¡qué correcto!-, los pobres lo tienen muy "crudo" para encontrarse.
Y para reconocerse más. Los años no "pesan" porque recorten el horario o disminuyan la capacidad metabólica del hígado, sino porque cubren la ilusión de desconfianza.

Julia dijo...

Lees una novela quizás? No me digas que te quedas delante de la TV sin más..... :-(

Cierto, una ya no se fía de ná...

Bueno, no es cierto, sigo confiando en la gente (de vez en cuando) pero en cuanto a determinados temas, muy complicado... y además dices para qué?

Turulato dijo...

¡Huy, mi Julia!. Julia, mujer, alegra los ojos y regálame tus tristezas...
A mí me engordan.
Y sí no "chispeas", vendrá el "coco" y me comerá..

No, no me gusta el fútbol y de la tele pocas cosas.
Leo, sí. Tus anécdotas. Hacen que me sienta vivo.

Un beso