Final de la gripe, espero. Esta vez ha sido pesadica, una semana entera dando la vara. Ni cena con el Club de los Cuatro en mi casa, ni partidita de golf, ni trabajo, ni ná de ná. Me he recordado a los grandes yupies de las pelis americanas antiguas, cuando le decían a su secretaria : "Srta. Smith, cancele por favor todas las citas de esta semana..........., tengo un negocio urgente que tratar con el Sr. Virus XXX18"
Por fin el sábado me atreví a salir. Había cenita con los amigos de la panda en casa de Luisa, y además con un acontecimiento especial que no me quería perder. O sea que allá me fuí, haciendo de chófer de Angelito como siempre, y con alguna allegada más que se apuntó al coche, y por mi parte bien armada de clinex para la velada.
Luisa es una mujer especial. Guapa, elegante, divertida, casi siempre de buen humor, y siempre, siempre de buen talante, con todo el mundo.
La aprecio y la admiro desde que la conocí hace dos años. Nos hemos divertido mucho las dos solas al principio, pateando garitos en Madrid, y poquito a poquito este grupito de amigos ha ido creciendo a nuestro alrededor como los champiñones.
La admiro por su talante, y por su capacidad de trabajo. Es de esas mujeres que trabajan 12 horas diarias, entre las que se incluyen dos o tres de coche de la Ceca a la Meca, y con la que puedes quedar a las 9 de la noche para tomarte una cerveza sabiendo que va aparecer impecable, a su manera muy sencilla pero elegante siempre, sin despeinarse, y siempre con una sonrisa y una palabra amable.
Es de esas mujeres que entre atasco y atasco van colgadas del móvil preguntando a sus hijos donde andan, si han cenado ya, y que nada más colgar empiezan a recibir llamadas de tal o cual amigo invitándolas a cenar, o a salir, o simplemente interesándose por su vida, y que con unas risas los despacha a todos, sin hacerles ni caso en general, pero quedando siempre bien con todo el mundo, así que todos vuelven a llamar.
Muchos de los de la panda están secretamente, algunos no tan secretamente, enamorados de Luisa, pero ...... es de esas mujeres absolutamente próximas por su amabilidad y cercanía, pero también absolutamente inalcanzables. Porque tiene su secreto.
Mejor dicho sus secretos. Lo cierto es que en el fondo no la acabamos de entender del todo, o quizás sí. A veces repite bromeando lo que dice la autora del libro "Donde están los hombres?". Mira Julia, ..... " a partir de los 35 es más fácil para una mujer que la ataque un terrorista, que encontrar a un hombre que valga la pena....... "
Una parte de sus secretos para estar tan estupenda es Toni. Toni no sabemos ninguno de que va realmente. Presume con motivo de educación, de dinero, de saber estar, de clase, y cuida de Luisa como si fuera su .................... ??? no sabemos muy bien. Teóricamente son muy buenos amigos desde hace muchos años, en el fondo creemos que ella está enamorada de él, él va y viene y no sabe adonde va ni lo que quiere, pero sigue estando ahí siempre, sin dejar de rendirle pleitesía a Luisa ni una semana, pero sin dejar tampoco de tontear con cualquier tontita más joven que se le cruza por el camino.
Otra parte de sus secretos, y quizás la más importante, es el Sr. Diyor. Su enamorado en la distancia, al que solo ve de vez en cuando, pero con el que se va de vacaciones año tras año, y fin de semana tras fin de semana. Que la trata de lujo, que la llama veinte veces al día, y que además es un encanto de persona, un buen tipo, sencillo, amable, y también, porque si no difícilmente habría llegado a nada con Luisa, un señor con muchos bienes raíces y de los otros.
Con este dúo de pretendientes, más los oportunistas que de vez en cuando la invitan a cenar, aunque terminan yéndose para casa con las orejas gachas, con nuestra panda de amigos y amigas, y esperando quizás que aparezca el terrorista, se pasa los días Luisa, o mejor dicho lo poco que le queda libre después de trabajar 12 horas diarias y atender a su familia, eso sí, siempre estupenda y de excelente humor.
El sábado nos invitó a cenar a su casa, y por primera vez, juntos para que los viéramos todos, allí estaban el Señor Diyor y Toni. Uno en cada punta del sofá, y todos tan normalitos, como si nada. Como todos los amigos de la panda, poco a poco, deben conocer la historieta con los dos, me imaginé que todos estábamos un poco a la expectativa por verlos juntos en sociedad.
Pero todo fue muy normal. El Señor Diyor cuenta unos chistes muy simpáticos, y como se alojaba en casa de Luisa ese fin de semana que estaba en Madrid, se sentía absolutamente cómodo como pareja oficial y reconocida delante de todos los amigos.
En cuanto a Toni, que habitualmente todos consideran más o menos pareja de Luisa aquí (el otro vive fuera de Madrid) estaba serio, con cara de aburrido, pero tampoco muy distinto de otras veces.
Y en este caso ninguno puede decir que está siendo engañado, ni hablar, todos conocen perfectamente que los otros existen y de que van, y tanto es así que allí estaban los tres.
Yo confieso que no les entiendo, a ninguno de los tres. Con mi aritmética simple sentimental diría que sobra uno, pero sinceramente pienso que en este caso sobran dos, los dos señores. Mi amiga Luisa es una señora estupenda que no ha encontrado todavía a alguien que valga la pena, y de momento deja que la paseen y la inviten a cenar estos dos, uno como novio, amante, o lo que sea, y otro como pretendiente eterno pero que no sabe lo que pretende.
Nos volvimos todos un poco decepcionados. En tiempos de Calderón de la Barca habrían salido las espadas a relucir durante la cena, pero éstos..... se pedían cortésmente la sal.............
Esto ya no es lo que era. No, Señor.
domingo, octubre 09, 2005
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2 comentarios:
No entiendo.
Y como sólo pienso en voz alta, pues estoy solo, mucho mucho de mucho pero poco poco de adultos "cocidos" y con la vida digerida.
Mucha "pose".
Cosas infantiles.
¿Qué les salió mal con no sé quién?; ¿qué duele?.
¡Pues que se aguanten!.¡Ovarios o de los otros!.
Que poco cuajo...
Sí ella fueses tú y "alguno" yo.., habría gritos.. y lo que fuese menester.
Aunque te perdiese. Aunque hiciese el payaso.
Pero nadie dudaría de algo: Este tío la quiere más que a su vida
Pues yo a veces me pregunto si no tendrán razón....
Pero está claro que lo que sienten unos y otros no tiene nada que ver con lo que yo he sentido. En eso soy como tú Turulato.
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