sábado, marzo 04, 2006

Boda y despedida?

Este fin de semana cumpli con mi deber de buena colega yendo a la boda a la que me habían invitado. No es que me apeteciera mucho, pero.... en fin...

Al menos fue divertido estar otra de vez de cenita con mis compañeros (boda o no boda, al final terminamos siempre los mismos en la mesa) y luego bailando el vals y otras cosillas ora con uno, ora con otro. Esto de ser mujer en un círculo casi exclusivamente masculino tiene alguna ventaja, la mesa de al lado estaba llena de mujeres estupendas, y solas, y en la mía a la mujer de mi colega y a mí nos tocaban 4 por cabeza. Por una vez, la medida adecuada, la que a mi me gusta. Porque ya dicen que para que una mujer sea feliz es necesario:

- que tenga un hombre que la comprenda, con quien hablar, y en cuyo hombro poder llorar de vez en cuando

- que tenga un hombre que la provea económicamente y se ocupe de que nunca le falte nada de nada.

- que tenga un hombre que sea el mejor amante del mundo.

- y que tenga un hombre que la ayude en casa, en el día a día, con las faenas, con la compra, con los hijos, etc....

Aunque lo más importante es que nunca, de ningun modo, se conozcan entre ellos.

No es el caso. Aqui todos se conocen, y aunque majos, y buenos amigos no cumplen ninguno de esos papeles. Lastima. Aun así, me divertí. Y eso es lo importante. Pero lo mejor fue el final.

El novio hizo dos comentarios que me han hecho pensar. En uno de ellos me explicó que le había comentado a su niñera (ahora está de moda casarse cuando los niños ya caminan) lo de que les acompañara si se iba fuera de España................... lo dejó caer así como quien no quiere la cosa, pero es chocante...

El otro fue en la despedida, cuando me acerqué a él para decirle que me iba y felicitarle de nuevo por su boda. El me dio las gracias por ir, lo que entra dentro de lo normal, pero a continuación me dijo que le perdonase si en algo me había molestado u ofendido en los últimos tiempos (si lo ha hecho, pero hay cosillas que no es cuestión de perdonar, si dejas de respetar a alguien ya no hay vuelta atrás, y eso es lo que ha conseguido en mi caso). Pero ese comentario suyo, al despedirme el día de su boda, me descuadró. Tanto es así que se lo comenté a uno de mis colegas, el que mejor me cae, y los dos llegamos a la misma conclusión. Este se va...

Y si es así, ha valido la pena ir a la boda solo por recibir tan excelente noticia. Cachis..... que tendrán los jefes para que se hagan querer tanto tan pronto y por todo el mundo? Este además tiene una habilidad especial porque ha conseguido que todos le tengamos entre ceja y ceja en un tiempo record.

Alguien dice que hay buenas personas que parecen h.d.p. y otras que son h.d.p. y parecen buenas personas. Este parece ser su caso, y mira por donde, no me gusta trabajar con gente así y a mis compañeros tampoco. Que le vaya bonito. Le deseo lo mejor del mundo pero lo más lejos posible de mi. Estuve por quedarme a tomar unas cuantas copas más para celebrarlo.

Esperaremos. Dicen que vale más malo conocido que bueno por conocer, pero no sé porqué en este caso creo que ese refrán no ha lugar.

3 comentarios:

Turulato dijo...

Oiga, ¡le gustan a usted las reglas!. Gracias que las ha reducido a cuatro...
En cuanto a jefes, y compañeros + dependientes de mí, los prefiero competentes. Es como el médico que me operó de fimosis..
"Macho, tendrás buen pulso ¿no?".
Qué tuviese genio me dejaba indiferente.

Ana María dijo...

A mí lo que no me gusta es el refrán, eso de mejor malo conocido, no me va. Yo siempre quiero al mejor y pelearé por tenerlo.
En este punto sí coincido con el Sr. Turulato :).

Julia dijo...

Yo a mis jefes les exijo mucho, tanto o más que a mí misma. Así necesito admirarles de algún modo, como personas o como profesionales. En el primer caso serán capaces de rodearse de un buen equipo y harán su trabajo bien, y en el segundo lo harán por sus propias habilidades.

Pero les exijo también respeto, tanto a mí misma como al resto de personas que tratan, y un mínimo de ética profesional, y desgraciadamente poquitos dan la talla.