martes, febrero 13, 2007

¡ Chinga a tu madre, wey...!


El pequeñin: yo
El grandullón: mi jefe
El título: lo que le dice el pequeñin al grandullón
Me he visto muy identificada.
Mi jefe está fatal. Hoy sólo me ha llamado 15 veces, lo que no sería extraño en un jefe cualquiera, pero es que este habitualmente llama una vez o dos al mes.
Para completar el viernes me llamó a la hora de cenar, el sábado a la hora de comer, y no para.
Razón: está temblando de miedo. La ola de la reorga se le está acercando cada vez más, y cada vez más se le están viendo las "vergüenzas" profesionales, esas pequeñas incompetencias que cuando tienes a tu jefe de lado, no pasa nada, son gracietas o pequeños fallitos, y que cuando lo tienes de frente, o es un tío nuevo al que no le importas nada se convierten en tu esencia:
- al primer fallo: "no sé, no sé...... este tío no parece que controle mucho"
- al segundo: "o es tonto, o me está tomando el pelo"
- a la primer bronca que recibe por su culpa: " este c. no me estará haciendo la cama?, me estará ocultando información para que me echen a mí...?"
- a la segunda bronca.... "estás muerto, chaval, vete a ver a Recursos Humanos y después al Inem"
Eso sí, todo esto muy educadamente.
Y que ocurre con los subordinados del susodicho. Pues todavía peor. Nervios, amenazas, voces, reuniones encantadoras, según le vaya el humor.
El mío se ha tomado unas vacaciones allende los mares, 10 días al sol. Yo me preguntaba si estaba ya buscando trabajo allende los mares, o es que estaba gilipollas yendose tal como estaba el horno, pero parece que es la segunda opción. Se fué de vacaciones, tal cual y no veas la vuelta.
Y lo malo de todo esto es que el susodicho normalmente no se va solo, procura llevarse por delante a unos cuantos. Y ahora, mira por donde, se le ha ocurrido la feliz idea de sacarme a mí a la palestra, a ver si:
- opción 1: le salvo el culo (imposible a estas alturas, hace un mes quizás habría podido, pero es inútil hasta para saber manejar a su gente)
- opción 2: si caen chuzos de punta como parece que le están cayendo, que haya para mí también para que no me quede sin mi ración.
No problem. Hasta ahora hemos sobrevivido con dignidad (eso sí, sin gloria) a unos cuantos jefes, y a unos cuantos superjefes. Confiemos en que esta vez sea igual, y si no que al menos no nos fastidien demasiado.
Espadas, puñales en la espalda, tiburones nadando alrededor.... y me siento como una infeliz anguila en el medio. Y soy tan masoquista que me lo estoy pasando bomba. Esto debe ser vicio ya.

2 comentarios:

Turulato dijo...

No, no me he ido con tu jefe. Contigo cuando quieras, pero con él...
Mi computadora si; el lunes pasado dijo basta y hasta hoy.
Algo despistado, me he dicho: Vamos a visitar a esa cabecita que no para, ¿y qué me encuentro?..
La caravana en círculo, la chica dispuesta a defenderse hasta el fin y los plumíferos enloquecidos...
¡Estás tan guapa así que no se sí quedarme contemplándote u ordenar a McGrady que toque "a la carga" y maricón el último!.

Julia dijo...

Exacto...

En algo asi pensaba asi el otro día, en lo de "morir con las botas puestas"... :-)) o más español "genio y figura hasta ......" pues eso.

Te echaba de menos, wey...