Le echo de menos, a todas horas.
Cuando me levanto, cuando me acuesto, cuando estoy pelando patatas, cuando voy en el coche, y cuando estoy en la ducha. A todas horas.
Y sigo estando triste. Me distraigo a veces, viajo para aqui y para alla, y lo voy a seguir haciendo estos dos meses para distraerme en lo que pueda.
Pero le echo de menos. Mucho.
Y estoy poco a poco intentando racionalizarlo, entenderlo y asumirlo. Pero me duele igual.
Le echo de menos.
Nos llevabamos demasiado bien. Nos comprendíamos demasiado bien. Eramos capaces de charlar horas y horas sin aburrirnos nunca. Casi no hemos discutido nunca, y sabíamos como hacer las cosas uno con el otro. Es la mejor relación que he tenido y la mejor persona que he conocido en muchos sentidos.
Pero, no podía ser.
Mis hijos empiezan a salir del cascarón, no me va mal económicamente después de todo, y los próximos años los quiero para mi, para vivir a tope.
Quiero viajar, quiero vivir una aventura empresarial si soy capaz, o tres diferentes, quiero terminar mi carrera y empezar una nueva profesión, quiero comprarme una casita en el campo, quiero meterme en política y ver que puedo hacer por ahí ahora que tengo tiempo, quiero aprender a pintar, quiero contribuir a la sociedad con una ONG, quiero seguir cuidando de mis hijos y de mi familia, quiero vivir a tope los años que me quedan de disfrutar, si la salud y la suerte me acompañan.
Y quisiera tener a mi lado a alguien que me acompañe, que me siga al menos, aunque sé que no le puedo pedir a nadie que se meta en mis locuras y las viva como yo, pero que esté ahi, que me acompañe en mis viajes, que se comprometa de verdad en una vida conmigo y con mi familia, y que esté vivo como yo.
Y él quiere que su vida a partir de ahora sea ahorrar todo lo que pueda para el día de mañana, y no meterse en nada más nuevo. Dice que ya lo tiene todo hecho, que ya ha ido a todas partes y no le hace ilusión viajar, que para qué me voy a meter yo en tantos líos si con mucho menos se puede vivir, que simplifique mi vida, y que aprenda a disfrutar del día a día de forma sencilla .......
Es imposible. Sin proyectos de vida en común y hablando uno de guerras y batallas, y el otro de golf y como crecen las flores en el campito, no se puede tener una relación de pareja. Si le hago caso me convertiria en una maruja a su lado vegetando los próximos años en su chalecito y en la casita de la playa, dejando de lado todo lo que yo soy, mis amigos, mi familia, y sin ningún proyecto personal de vida propia. Solo estar con él. Sería enterrarme en vida, y además no puedo. No sirvo para eso.
Dentro de 10 años, quizás, pero ........... ahora todavía no.
Dentro de 10 años, quizás, pero ........... ahora todavía no.Me decía mi Don Juan personal (creo que lo he escrito ya en alguna parte) que a mí los hombres siempre me intentaban meter en una botellita y ponerme un tapón. Y que parecía que sí, que aparentemente yo me dejaba, pero que al poco tiempo el tapón sale disparado con la presión y yo detrás.
Le echo de menos. Porqué no puedo ser más normal? y vivir una vida tranquila como otras mujeres?, con un hombre tranquilo al lado y dejarme de .................?
Le echo de menos. Mucho. Y no puedo reprocharle nada.
Solo llorar, distraerme lo que pueda, y esperar a que se me pase la tristeza.


2 comentarios:
Tú no tienes que ser distinta.
Tan sólo encontrar a una persona que sea más parecida a ti. O al menos que te desee tal cual eres.
Y las hay, créeme.
De rara a rara,
besos!
echar de menos ... una sensación tan amarga
Publicar un comentario