Osadía

El lunes me llama una amiga:

- Julia, tengo algo para ti. Te interesaría dar un curso de formación?. Se trata de un día en otra ciudad, pero más o menos cerca, te pagan xxx y tengo que contestar antes de una hora.

Y medio dormida porque me pilló en plena siesta (cosas de estar de año sabático) le dije:

- Vale, porqué no?.

- Bueno, pues llama ya a fulano de tal y se lo dices. Ya te entiendes con él.

Ni corta ni perezosa, allá voy.

Hace tropecientos años que no doy una clase en serio, presentaciones de media horilla si, dirigir un acto con otros ponentes también, alguna mesa redonda o como se llame también, pero 6 horas entreteniendo a un grupito de gente más o menos aburridos y poco interesados no lo hago desde que empecé dando clases a chavales de COU para pagarme las clases en la Universidad. Y fue una experiencia rarita, me lo tuve que currar un montón, los chavales (15-16 años) pasaban de la química cosa fina, y al mismo tiempo pasaban de mi. Muy poco gratificante.

Lo más gracioso ha sido cuando me han dicho de qué tengo que hablar durante el curso: La cuadratura del círculo, algo de lo que no tengo ni idea. Pero nada de nada.

Estuve un par de horas pensando en decir que no, pero después me fui animando. Porque no?, a lo mejor es divertido, y quien sabe si no puedo terminar dedicándome a esto, pagan bien, así que .... vamos a intentarlo.

Y llevo tres días como una loca buscando manuales por las estanterias, abriendo los libros apolillados de los masters de toda la familia, pidiendo manuales a mis amigas, buscando y copiando descaradamente todo lo que encuentro sobre el tema en los buscadores, etc.. etc... Porque son unos simpáticos, me dan el tema, y andando, ni manual, ni nada de nada. Buscate la vida chica...

Al final me va a salir a dos dos duros la hora teniendo en cuenta que voy a dedicarle 30 horas de preparación para dar una clase de 6. Pero estoy aprendiendo un montón de cosas y me divierto.

Y lo mejor de todo es el personal al que tengo que darle el curso: por su profesión es probable que sean más brutos que un arado de los de mi tierra. Y como me dice mi hija, esos van a pasar el rato escuchando a una rubia, a ver si no se lían a silbarte o a tirarte piropos, porque aprender, lo que es aprender no sé...

En fin, que soy una atrevida, pero de momento me estoy divirtiendo. A ver que tal acaba la aventura.