martes, abril 28, 2009

De profesión: canapera



En algo así me estoy convirtiendo. En tanto decido si lo dejo o no lo dejo, sigo de cóctel en cóctel. Así la dieta la llevo fatal, pero.... me divierto.

Al principio iba a casi todo. Recibo entre 5 y 10 invitaciones semanales a eventos diarios, con canapé y cóctel después, o sea un media de una o dos al día. A veces coinciden 3 el mismo día a la misma hora, otras veces tengo mañana, mediodía y tarde. Un agobio y tanto, hasta esto, cansa.

Pero ya le estoy tomando la medida, ahora solo voy a dos o tres a la semana, como mucho, y seleccionados. Y como me decía ayer la relaciones públicas de un club de altísimo nivel, del que me han hecho socia también (me empiezo a plantear lo de Groucho Marx, si me admiten a mí.... ) al final en estas cosas casi siempre te encuentras a los mismos... los profesionales del canapé (como yo si sigo así ja, ja, ja...)


Ayer (continúo, me interrumpió un cliente y ahora :-)) por esas cosas de la vida que me pasan a mí estuve invitada a un almuerzo, en un gran hotel, con una conferencia de un altísimo representante de un país de allende los mares. A mi derecha un primer ejecutivo de una embajada del este, rubio, alto, guapo, de ojos azules, y de 35 :-( ¡¡ ay, qué pena ser madurita ya..!! a mi izquierda un gran empresario del país del ponente, que me hizo recordar las maneras de las dictaduras bananeras y su camarilla de agradecidos arrimaos al poder. Y yo en medio, mindungui de primera que no sé que pintaba en ese sarao tampoco. Eso sí, como una sabe estar, a la media hora los tenía los dos encandilados y deseosos de que les hiciera caso en lugar de al del otro lado.


Y como no éramos los más importantes del evento, estábamos cerca de la puerta, así que viendo pasar a lo más granado de este país. La comida bien, postre incluido porque no me dejé ni las migas (luego en mi casa a dieta rigurosa), el vino exquisito tanto el blanco como el tinto, y yo la mar de animada. Si es que en el fondo creo que he nacido para esto... pena que lo paguen tan poco (nada de nada, je, je, je...)


Después me volví paseando por el parque, para bajar los vapores del vinillo antes de la cita de las 5, y dándole vuelta a los azares del destino. Qué pintaré yo en estos saraos, tendrá algún sentido oculto? Un día de estos me encontraré con el millonario de mi vida y dejaré a CB, visón incluido? O conoceré a un visionario y me iré con él al tercer mundo a hacer caridad?


Mientras CB quitando las hierbas de su casita en la sierra. ¡Qué le vamos a hacer! cada uno con su tema..

2 comentarios:

Turulato dijo...

¡Y yo que pensaba que después de una temporada recluida en el convento volvías serena!.
Está claro como el agua. ¿El qué?. Tú. Pero serás la última en enterarte; como siempre.

Mira rapaciña...Mientras no plantes los pies en tierra, te quedes quietecita y sientas con claridad que coño es lo que te hace lo bastante feliz como para dejar de marearte..., mal andas.

¿Y aluego?. Pues valor, hija mía muy querida. Lo necesitarás, tanto para reconocer tus verdades como para aplicar las soluciones que exigen.

Qué hace veintidós años que, desde que alcanzaste a tener uso de razón, celebramos tu primera comunión y aún no paraste de dar brincos. Aunque me temo que seguirás a tu bola...

Julia dijo...

tienes razón, lo sé, todo esto no es más que perder el tiempo, feria de vanidades, pero....

lo de ir a quitar hierbas al chalecito tampoco me seduce....

y de momento no tengo muchas alternativas más a la vista.

Ya sé qué me haría feliz, pero no está a mi alcance, al menos por el momento....

estoy segura de que me entiendes ....