domingo, septiembre 06, 2009

Echarse al monte


Mi hija dice "mamá, estás como una chota", cariñosa ella.
Sé que le hace gracia tener una madre que lo mismo está en la playa haciendo de maruja, que dando una conferencia, o andando como una cabra por el monte con una panda de indocumentados (esta palabra es de mi amiga Luisa: los que no son ingenieros por lo menos, o llevan zapatos de marca, son unos progres o unos indocumentados, que para ella es lo mismo y con ellos a lo más que se puede aspirar es a que te inviten a un bocata calamares :-)
A mi me igual. Cuando estresada, harta, quiero conocer gente nueva, o simplemente quitarme telarañas de la cabeza me voy a la montaña, Con quienes es igual. No tengo ningún problema en ir con gente que no conozco de nada. De hecho me encanta. Es como si acabara de llegar a un pueblo nuevo, en el cual no me conocen de nada, y .... puedo ir de lo que quiera ;-)
Me divierto caminando, saco unas fotos preciosas, charlo sin parar con todo el mundo, y después me vuelvo a mi casa la mar de relajada. Eso sí, el día siguiente es de silloncito y aspirinas. Las agujetas me hacen andar como un robot, je, je, je...
Este finde además de pasarmelo bien, destrozarme los tobillos saltando pedruscos, quemándome al sol, he conocido a un tipo estupendo. Alto, delgado, de mi quinta más o menos, libre (uy.....) con el pelo blanco (tengo debilidad por los altos de pelo blanco, ya te digo yo...).
Lo mejor es que el buen señor se ha portado de maravilla conmigo, me acompañó de principio a fin, me prestó su bastón, me prestó su visera, y se quedó conmigo a pesar de que nos dejaron tirados todos los demás del grupo con un cuarto de hora de diferencia al menos durante casi todo el camino. De hecho al comenzar y ver lo duro que iba a ser le dije, me voy, me doy la vuelta, en serio, y no me lo permitió. No, mujer, yo te acompaño, no te preocupes, tranquila, que tú puedes.... Y así fué, gracias a su compañía fué un día muy agradable, sin él o me hubiera quedado sola en la montaña o me habría dado la vuelta sin más, triste y sola.
Un caballero. Charlamos largo y tendido durante todo el día, y en un momento determinado me dijo si podía invitarme a una cerveza algún día que le encantaría que siguiéramos hablando. Porqué no? Total, estoy libre, no? Pues sí.
Al separarnos me pidió el teléfono y dice que llamará. No lo sé. Tampoco me importa demasiado, es majo, está libre, me cae bien, parece buena gente, pero chispa, chispa, ... como que no hubo.
Al menos me subió la autoestima, una semanita de soltera y ya tengo un pretendiente nuevo con buena planta. Tanto interés tenía por él, que ni le pregunté a qué se dedicaba. Cachis... no me reconozco.
¡Alehop, empieza la temporada.!
A ver qué nos trae este otoño. Buena cara, gimnasio, dieta, y a bailar.

4 comentarios:

Turulato dijo...

A mí esto me suena. Creo recordar que leí lo mismo hace años. Tú cuenta, que te escucho. Activas mis neuronas; me digo: en el próximo capitulo contará...
Y cada cinco aciertos, un ron.

Julia dijo...

Tienes razón, así mismito conocí a mi amigo Angel, igualito de encantador, igualito de adecuado en apariencia, igualito de majo y pendiente, e igualico, igualico de pedirme telefono, mail, etc.. para quedar después.
Pero entonces hasta me ilusioné, aunque me duró 24 horas más o menos...
Esta vez ni siquiera eso...
Creo que me estoy haciendo mayor.
Supongo que volveré a lo malo conocido, versus CB un día de estos, y se acabó la aventurilla.
Pero la autoestima mucho mejor sí señor..

La verdad es que siendo realista mi más fiel amigo sigues siendo tú. Eres impagable je, je, je.. ¿El ron de qué marca?

Turulato dijo...

Matusalem. Seco, siempre.

Julia dijo...

Apuntado queda :-)